cecilia
sábado, 11 de agosto de 2012
Crecer
Abandoné la parte más profunda de mí para convertirme en otra persona, aquella en la que mis padres esperaban que me convirtiera. Dejé mi personalidad para adquirir un carácter. No creas que haya sido un proceso natural dejar la personalidad para adquirir un carácter. Algo en el fondo de mí no dejaba de rebelarse, una parte deseaba seguir siendo yo misma, mientras la otra, para ser amada, quería adecuarse a las exigencias del mundo. Ese es el chantaje terrible de la educación, del que es casi imposible huir. Ningún niño puede vivir sin amor. Es por eso que nos adecuamos al modelo pedido, incluso aunque no te guste para nada, incluso aunque no lo encuentres justo.
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